LA LABOR DE INVESTIGACIÓN EN LAS FACULTADES DE CONTABILIDAD

Hace dos décadas aproximadamente en nuestro país, se dio la estocada final a la poca e incipiente labor de investigación que se llevaba a cabo en las universidades, con motivo de considerar en la Ley universitaria que el bachillerato se otorgaba en forma automática, y lo peor, que el titulo profesional se podía obtener ya no solamente mediante la sustentación de un trabajo de investigación, la tesis, sino también podía ser mediante la presentación de un Informe de Experiencia Profesional o mediante una Prueba de Suficiencia o Capacidad

 

De aquellas épocas en que eran contadas las universidades hasta el día de hoy en que aproximadamente llegan al medio centenar y de casi todas egresan profesionales contables, pareciera que entre más universidades y más graduados, existe menos Competencia. Pero hoy, como lo indica acertadamente el Dr. Willy Soto Acosta en su excelente artículo “Muéstrame tu tesis y te diré de lo que eres capaz”, un título universitario sirve de poco si no certifica que su poseedor maneja una serie de conocimientos, de habilidades, de destrezas y de aptitudes. Debemos dejar en claro que los conocimientos son valiosos: de hecho, a lo largo de la formación profesional universitaria, el estudiante los adquiere con cada curso que aprueba. Pero ellos son insuficientes sino van acompañados de otros procesos cognoscitivos.

 

Una persona graduada con honores en Contabilidad, en una excelente universidad, puede durar poco en su trabajo, pues la realidad laboral implica elementos que van más allá del conocimiento técnico. Un individuo puede saber mucho en su campo, pero puede ser incapaz de producir por él mismo nuevo conocimiento, no es creativo, emprendedor, audaz, no puede afrontar situaciones de cambio, de incertidumbre, es incapaz de tomar decisiones, no puede imaginar escenarios futuros, se cierra a aprender de otros campos.

 

El gran reto actual de las Facultades de contabilidad es garantizar que sus Títulos certifiquen competencias, es decir, la capacidad del nuevo profesional contable para

 

1) aterrizar sus conocimientos teóricos en la resolución de problemas empresariales y sociales concretos, y

2) aprender día a día, siga o no en una universidad. Competencia es la capacidad de aplicar la teoría en la práctica y de retroalimentar la teoría con la práctica.

 

La investigación constituye una de las claves para darle contenido real a los Títulos universitarios. ¿Conocimiento? ¿Habilidad? ¿Destreza? ¿Aptitud? El saber investigar es todo ello y más…

 

Es todo ello porque la investigación está en el centro de las nuevas características que, (según Jeanne Meister – 2000), necesitan los nuevos profesionales en esta nueva economía y que son los siguientes: aprender a aprender, trabajo en equipo y en red, pensamiento creativo y capacidad de solucionar problemas, cultura tecnológica, liderazgo, comprensión del “la aldea global” en el que se desenvuelve hasta la más pequeña organización empresarial.

En estos tiempos de continuo cambio el desempeño profesional exige que los contadores posean no sólo las aptitudes básicas de registro de operaciones, aplicación de normas contables y tributarias, sino también las habilidades para utilizar la última tecnología en software, organizar la información, hacer presentaciones concisas y efectivas y sacar conclusiones. Ahora el énfasis ha dado un vuelco hacia estas ‘aptitudes de mayor nivel’ de solución de problemas, de colaboración y de comunicación creativas”.

 

Difícilmente se pueda tener un pensamiento creativo, resolver problemas, adquirir conocimiento tecnológico, si la persona no tiene desarrollada la destreza de la investigación.

 

Lo que sí es cierto, es que para poder desarrollar la investigación en el profesional contable, para ir más allá de los conocimientos técnicos y teóricos a los que generalmente se limitan las Facultades de Contabilidad y que defraudan a las empresas, para formar los profesionales aprendices, se requiere distinguir entre aprendizaje significativo y aprendizaje memorístico. Precisamente, el primer tipo está en el corazón mismo del concepto de “competencia”.

 

A diferencia del aprendizaje memorístico que no incorpora el conocimiento en un contexto previo y no lo vincula con la experiencia, “…en el aprendizaje significativo, la nueva información se incorpora de forma sustantiva, no arbitraria, a la estructura cognitiva del alumno. Se relaciona con la experiencia, hechos u objetos. Este proceso de aprendizaje significativo debe empezar desde los primeros cursos de la carrera y debe culminar en la elaboración del respectivo trabajo de investigación para optar el titulo

 

La empresa no contrata al profesional contable, para labores mecánicas o repetitivas, ni para que recite lo que aprendió en el aula universitaria: lo contrata para resolver problemas por medio de la investigación, para que produzca un conocimiento nuevo, no abstracto, aplicable en esa empresa.

 

Producción de nuevos conocimientos por medio de la investigación: La Facultad que no prepare al estudiante en la destreza de la investigación lo está defraudando. Esa Facultad podrá estar formando individuos que repiten lo que dicen los libros y los profesores, que aplican mecánicamente la normativa contable y tributaria, pero no seres pensantes y creativos que producen lo que demanda la cambiante sociedad.

 

Los conocimientos que los estudiantes aprenden en las aulas universitarias tienen una vida útil limitada. ¿Y qué sucederá después? Si se le enseñó a ese profesional a investigar, a aprender a aprender, él seguirá en el mercado laboral. Si no le inculcó esa habilidad, será un profesional contable con dificultades para mantenerse en una organización y realizarse profesionalmente.
Es en este contexto que hoy más que nunca, eso que llamamos “tesis” se convierte en un elemento capital en la formación de profesionales contables de rango universitario. Una tesis (y no solamente un simple “trabajo final de graduación”) representa una excelente oportunidad para que el alumno desarrolle la capacidad de producir conocimiento propio, original, nuevo. Es decir todo aquello que se le dio en el proceso de aprendizaje

 

La elaboración de las Tesis para la obtención del título profesional debe constituirse en uno de los retos principales de las Facultades de Contabilidad. Aunque debemos reconocer que actualmente uno de los más importantes “incentivos” que dan algunas de ellas para atraer a sus clientes, los estudiantes, es el de no hacer justamente la tesis. Esta se sustituye por las llamadas pruebas o exámenes de suficiencia profesional, muchas veces basadas en un conocimiento memorístico y no significativo. Actualmente esa “ventaja” se convierte en un defecto de formación profesional.

 

La tesis es una fuente de desarrollo de capacidades del individuo. En el trabajo de investigación el tesiario puede descubrir habilidades, destrezas, aptitudes que antes desconocía, o bien, desarrollarlas si ya las tenía. Disciplina, plantearse metas y no descansar hasta alcanzarlas, responsabilidad, capacidad de formularse bien los problemas, de saber recolectar los datos pertinentes y de analizarlos, de diseñar soluciones… Muchas de las competencias que buscan los empresarios en los nuevos profesionales, se pueden desarrollar y consolidar en el proceso de elaboración de una tesis.

 

Indudablemente, que el tema de investigación en las facultades de contabilidad es muy controversial, nuestro propósito al adecuar y tomar como referencia el excelente artículo “Muéstrame tu tesis y te diré de lo que eres capaz” del Dr. Willy Soto Acosta (2001) es sacar del letargo a los docentes de nuestras Facultades de Contabilidad respecto a la labor de investigación, en las cuales se ha institucionalizado la obtención del titulo profesional mediante los “exámenes de grado” procesos en la cuales se le da “facilidades” a los estudiantes, y por el contrario a los que tratan de elaborar Tesis para la obtención del título profesional se les denosta y menoscaba, y se les pone “mil y una trabas” la mayoría de las veces inverosímiles y absurdas.