LA BRECHA DIGITAL EN CONTABILIDAD

LA BRECHA DIGITAL EN CONTABILIDAD

No basta con enchufar una computadora o tener acceso a Internet para superar la brecha digital, debemos transformar el proceso de formación del profesional contable para que su desempeño profesional sea acorde a las exigencias de esta era de conocimiento

 

Hace algunos años, un ministro de educación en el Perú, describió con crudeza la situación del sistema universitario, dijo “La enseñanza universitaria es una estafa, un engaño”, y parece que es cierto, quizás para confirmar o desmentir aquella apreciación podríamos hacer algunas pruebas mentales como las siguientes, si queremos verificar la correspondencia entre lo que se enseña a los estudiantes de contabilidad y la realidad de las empresas tendríamos que hacer lo siguiente: supongamos que a las empresas les quitáramos las computadoras que utilizan o les cortamos el suministro de electricidad, nos preguntamos, ¿seguirían funcionando?, la respuesta es NO, ahora, supongamos que en las facultades de contabilidad hacemos lo mismo, les quitamos las computadoras o les cortamos el suministro de electricidad, nuevamente nos preguntamos ¿seguirían enseñando?, y la respuesta es SI, porque la enseñanza de la contabilidad la seguimos haciendo en la pizarra, con la tiza o ahora el plumón, utilizando papeles y lapiceros, incluso de colores, no son necesarias las computadoras. Esto nos indica que lo que enseñamos en la universidad no es lo que requieren las empresas.

 

Para que no quede dudas, quizás podríamos hacer una prueba adicional, si resucitáramos o despertáramos a un eminente médico cirujano de principios del siglo XX y le pusiéramos en un quirófano actual, estamos seguros que estaría perdido y no podría practicar operación alguna, pero si despertáramos a Fray Luca Pacioli y le invitáramos a dictar clases en un aula universitaria (salvando la barrera del idioma y la terminología actual) seguramente podría enseñar la contabilidad como el sabe y los alumnos le entenderían, con este hasta quizás ofensivo ejemplo queremos hacer notar que a diferencia de otras disciplinas, la contabilidad que se enseña en las universidades no ha tenido en los últimos 500 años sustanciales cambios o trasformaciones ni en la forma ni en el fundamento, lo cual debe llamarnos a reflexión.

 

En este punto debemos precisar lo siguiente, para nosotros, los fundamentos de la contabilidad sigue vigente, y va a seguir vigente, quizás se haya tornado insuficiente (lo cual es otro punto de discusión) pero lo que no debemos seguir es enseñando de la misma forma que hace quinientos años, (sistema manual o computarizado registrando un asiento contable por cada transacción o centralizando de los libros auxiliares a los principales) porque con los avances tecnológicos ésta ha cambiado totalmente y ahora podemos y debemos generar a partir de un único ingreso de datos por transacción, la información en tiempo real que sea confiable y oportuna.

 

Las brechas en las facultades de contabilidad son muchas, es decir existen diversos tipos de brecha digital, se puede hablar de brecha según áreas geográficas, por ejemplo entre las facultades de contabilidad de nuestro país respecto a otros países del primer mundo, o quizás entre las de universidades de la costa respecto a los de la sierra y selva, también podemos hablar de brechas entre las facultades de universidades estatales y las privadas, entre las universidades grandes y pequeñas, etc.

 

Aunque debemos reconocer que en los últimos años, la mayoría de las facultades de contabilidad han realizado esfuerzos por equipar sus centros de cómputo, inclusive con acceso a Internet, pero lastimosamente la situación no ha mejorado mayormente, por que como indicamos al inicio del artículo, no basta con enchufar una computadora o tener acceso a Internet para superar la brecha digital, es por ello que, el que los alumnos tengan acceso sin restricciones a Internet no garantiza que sean capaces o tomen ventaja de esta potente herramienta, de igual forma si seguimos enseñando la contabilidad de la misma forma que sin computadoras, utilizando o sub-utilizando las hojas electrónicas, algunos aplicativos de contabilidad que automatizan el proceso de mayorización solamente, o el power point para nuestras presentaciones.

 

Entonces, estamos ante una “brecha digital de contenido”, por que con los mismos adelantos tecnológicos no hemos transformado la enseñanza de la contabilidad en la misma proporción en que han transformado el desarrollo de las transacciones en las empresas. Y esta brecha va a seguir ampliándose si no transformamos YA, la enseñanza de la Contabilidad en las universidades.

 

La sociedad del conocimiento y la era de la información pueden ser grandes detonantes del cambio en el sistema educativo a todo nivel, si es que los docentes queremos aprovechar las oportunidades que nos brindan las nuevas tecnologías de información y de comunicaciones, para crear ambientes de aprendizaje que, sin descartar el paradigma transmisivo y unidireccional, otorguen la importancia que debería tener al paradigma experiencial, inquisitivo, conjetural y colaborativo, dentro de ambientes de aprendizaje que sean excitantes, placenteros, entretenidos, no amenazantes.

 

A pesar de esto, los docentes seguimos aferrados a los viejos modelos que maximizan la comunicación de verdades probadas desde los que las “poseen” hacia los que las “deben” aprender, que no están en consonancia con los modos usuales de aprender en una sociedad en la era del conocimiento, sin darnos cuenta que de cara a un mundo en cambio constante y en creciente competencia por ser los mejores, esto crea serias desventajas a nuestros alumnos, los inhabilita (y en ocasiones tara) para asumir un rol activo en el proceso de generar información y contribuir de manera decisiva en la gestión de las organizaciones empresariales, aprovechando lo mejor de nuestro potencial humano.

 

La formación profesional para el tercer milenio exige mucho más que asegurar acceso a computadores e información para los estudiantes de contabilidad; impone repensar en su integridad el proceso de formación profesional y el rol de cada uno de los medios a su disposición. Como dice Sancho , la institución educativa tiene que combinar equidad con excelencia.